CONSIDERACIONES SOBRE EL PARAÍSO TERRESTRE

El Paraíso Terrestre, al que siempre nos referirnos, es, en término más claros, el Mundo de la Belleza. En relación con el ser humano, consiste en la belleza de los sentimientos y la espiritual. Naturalmente, las palabras y actitudes del hombre deben ser hermosas. Esta es la condición individual y con su expansión nace la belleza social; esto es, las relaciones humanas se volverán bellas, así como también las viviendas, las carreteras, los medios de transporte y las plazas públicas. En gran escala, como es natural que la limpieza acompañe lo bello, la política, la educación y las relaciones económicas serán bellas y limpias, de la misma forma que las relaciones diplomáticas entre los países.

Pensando de esta manera, podemos percibir en qué medida la sociedad contemporánea está llena de fealdad y de maldad. En las clases bajas, la Belleza está casi ausente por sus pésimas condiciones financieras, que causan la decadencia de la enseñanza y la precariedad de los establecimientos e instalaciones de atención social. En consecuencia, de allí nace la intranquilidad en la comunidad.

Quisiera referirme en especial a las diversiones y recreaciones. En este ámbito, la Belleza debe ser enriquecida, pues esa sensibilidad hacia lo bello es lo mejor que existe para elevar el sentimiento humano1. Este es uno de los motivos por el cual siempre incentivamos el arte. No es preciso mencionar cómo el bajo nivel de las artes, en la época actual, está degradando la espiritualidad de la gente.

Como se ve, el factor esencial para la creación del Mundo de Belleza, es el poder económico. Mientras el pueblo sea pobre, no podremos ni siquiera soñar con concretar ese mundo. Pero ¿cómo se logra fortalecer el poder económico? Si todos los individuos trabajaran con total empeño, buscando elevar el nivel de producción, estarían de esta manera fortaleciéndolo. La condición básica, por lo tanto, es la salud de cada sujeto. La salud es el principal objetivo de nuestra iglesia, lo que es evidente por el gran número de personas que la consiguen únicamente con la gran fuerza del Johrei.

Por lo tanto, debemos decir que la Iglesia Mesiánica Mundial, es la primera religión a la que Dios atribuyó la capacidad para el establecimiento del Mundo de la Belleza. Concretarlo es cuestión de tiempo. Para que se cercioren de esta verdad, basta con observar atentamente la actuación de nuestra iglesia de aquí en adelante.

3 de junio de 1950 Cimiento del Paraíso

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